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Nuestra actividad deja huella en toda la cadena de valor del aceite industrial, como producto, y también como residuo. En cada fase, articulamos los mecanismos de gestión necesarios que aportan valor a cada uno de los agentes que intervienen en ellas, respondiendo a sus distintas realidades, y a las obligaciones que se derivan de la regulación sobre aceites usados en España (RD 679/2006). En su conjunto, estos mecanismos hacen posible que el ciclo de vida se complete, activando la Economía Circular en el sector del lubricante.
En 2018 hemos dejado huella en cada una de las fases del ciclo de vida del aceite industrial, desde la etapa de diseño y fabricación del lubricante hasta su etapa final cuando se convierte en residuo. Con el objetivo de reducir el impacto ambiental derivado de este producto, en nuestro desempeño hemos dejado una huella en cada una de las áreas de actividad.
Hemos llevado a cabo una intensa labor de prospección e identificación de empresas para conseguir que cumplan con los objetivos medioambientales que marca la ley; la prevención también ha sido uno de los aspectos más importantes durante el ejercicio, fomentando la ecoeficiencia desde la concepción y diseño del producto, a su fabricación,
comercialización y uso, una labor que ha culminado con el III Plan Empresarial de Prevención; hemos llegado a acuerdos y contratos suscritos con una amplia red de empresas gestoras de aceites usados para ofrecer un servicio universal cada vez más eficiente, registrado y controlado a través del Sistema de Información Tecnológico (SIT) y analizado cuantitativa y cualitativamente desde la plataforma online ‘Observatorio del aceite usado’. Y todo ello, manteniendo una constante relación con todos nuestros grupos de interés a través de acciones de formación e información, creando conciencia social en materia de prevención, protección ambiental y beneficios asociados a la correcta gestión del aceite usado.
En 2018 hemos dejado huella en cada una de las fases del ciclo de vida del aceite usado, desde la etapa de diseño y fabricación del lubricante hasta su etapa final cuando se convierte en residuo. Con el objetivo de reducir el impacto ambiental derivado de este producto, en nuestro desempeño hemos dejado una huella en cada una de las áreas de actividad.
Hemos llevado a cabo una intensa labor de prospección e identificación de empresas para conseguir que cumplan con los objetivos medioambientales que marca la ley; la prevención también ha sido uno de los aspectos más importantes durante el ejercicio, fomentando la ecoeficiencia desde la concepción y diseño del producto a su fabricación, comercialización y uso, una labor que ha culminado con el III Plan Empresarial de Prevención; hemos llegado a acuerdos y contratos suscritos con una amplia red de empresas gestoras de aceites usados para ofrecer un servicio universal cada vez más eficiente, registrado y controlado a través del Sistema de Información Tecnológico (SIT) y analizado cuantitativa y cualitativamente desde la plataforma online ‘Observatorio del aceite usado’. Y todo ello, manteniendo una constante relación con todos nuestros grupos de interés a través de acciones de formación e información, creando conciencia social en materia de prevención, protección ambiental y beneficios asociados a la correcta gestión del aceite usado.
Nuestra labor en SIGAUS tiene una repercusión directa en los Objetivos de Desarrollo Sostenible que la Organización de Naciones Unidas estableció en 2015. 17 son los objetivos marcados por la ONU en la Agenda 2030, siendo tres de ellos los que tienen una relación más directa con la vertiente social, económica y ambiental de SIGAUS.
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“Es la protección ambiental el motor de nuestras acciones. Conscientes de la importancia de la conservación de nuestro entorno, voces expertas de distintos ámbitos nos inspiran en esta memoria para seguir haciendo girar los engranajes de la Economía Circular.”
